En ese sentido ahora que andaba dándole vueltas a eso de los objetos trozados, salio este ejercicio que creo puede llegar a ser una serie interesante.
Con Favio halábamos en algún momento en por que no pensar las cosas como rotas de antemano, es decir, el mundo tal cual impactado. Si observamos detenidamente y si teorías como el bigbang y tal son ciertas, el único momento de unidad, de singularidad espacial, fue el inicio del universo. A partir del momento que se rompe la estabilidad primaria, todo, todo es expansión.
La onda sería, porque no entonces, pensar en los edificios, las mesas, los objetos que nos rodean como rotos, como la fragmentación de una densidad original, como una expansión constante e infinita de materia. A partir de eso pensaba, en cuantos niveles de expansión no somos capaces de ver, o sea, cuanto de esa expansión se escapa de nuestra percepción, pero al mismo tiempo cuanto se fuga por la ausencia de mecanismos que permitan registrarla.
El hecho en la foto de arriba es un poco eso, un registro de algo que desaparecido, que no es objetual indudablemente, pero que de alguna manera pertenece al ser del objeto, mas preciso, a su extensión espacial. Yo digo.
